Quedó mi cerebro renglones atrás,
donde las eternas ceremonias del fénix,
los desmanes.
El amor es celebración de flexible forma.
Sonreimos a la rigidez que nos abandona,
y nos transitamos en festejos cotidianos.
Y si viene el dolor,
que es nuevo y límpido,
también tiene bienvenidas
porque no morimos cada vez que despertamos.
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