26 de diciembre de 2022

Uno, cuatro, cuatro, nueve

 A la calle Julián Álvarez entré por primera vez en los primeros meses del final de la década del '80. Entré por última vez hoy, alrededor de las 18.30h.

Dentro de ese paréntesis de tiempo desde aquel rito inicial y hoy las baldosas color ladrillo me vieron hacer muchísimas cosas. 

Si esas baldosas hablaran, María ojos negros podría decir BBK. Pero no lo dice porque no me conoce y mis ojos son verdes y de las que hablo son baldosas no paredes. 

En estas mismas baldosas nos recostábamos para escuchar la edición de Pearl que encontré perdida en unos cajones de una feria que ya no recuerdo alrededor del año 2005. Y también reíamos chinos de verde y cadáveres exquisitos. 

Toqué la puerta de entrada cada vez que me rompí el corazón. Muchas veces en los últimos doce años. 

Y al lado de esa puerta dormí una madrugada que me olvidé la llave para no despertar a mi mamá. 

Infinita cantidad de veces recité: julianalvarezunocuatrocuatronueve. 

En la calle Julián Álvarez recibí espantosas noticias, comí papas fritas caseras, me fui dando portazos. 

Desde 1989 hasta hoy: aprobé parciales, lloré como descocida, quemé una olla, escuché la 530, dormí abrazada, dormí en el piso, dormí en la cama de mi mamá, inundé el lavadero, puse el equipo de música en mi cuarto, en el living, en mi cuarto de nuevo, en el living otra vez, pinté mi habitación con poesías, me escondí bajo las sábanas con una linterna para leer después de las diez de la noche, usé un teléfono a disco, bailé las canciones de Hugo Midón, festejé navidad, exterminé cucarachas, preparé dos litros de daiquiri y me los tomé yo sola. Y amé, amé y amé. 

Entré a la calle Julián Álvarez un día de otoño de la hiperinflación. Y salí hoy a la mañana, aupando a una hija dormida que con viento a favor va a tener la fortuna de llorar, fumar, amar y romper dentro de las paredes de esta casa. 

Con un poco de suerte ella también pueda volver a este lugar donde el amor inicia, termina e inicia otra vez. 


11 de diciembre de 2022

Perífrasis verbal

Voy a fabricarme dos agujas con las que pienso tejer una alfombrita que vos puedas pisar cuando vengas de visita. 

Voy a dejar justo en la puerta una caja en la que guardes tus zapatos y tus medias. Voy a disponer en ronda todos los discos que pienso que podrías escuchar.  

Voy a busca el teléfono de un técnico que nos mejore el sonido cuando vuelvas. 

Voy a dejarte unos cuadernos por si te dan ganas de escribir. Y si querés algunos libros por si te dan ganas de llorar. Voy a barrer bien a consciencia y cambiar las piedritas de los gatos. 

Voy a amasar dos panes y una pizza por si después de la cena querés desayunar. 

Me voy a sentar frente a la puerta a esperar que vengas algún día. 

Voy a estar con la espalda recta, los anteojos chuecos y la sonrisa puesta. 

Te voy a preguntar ¿Por qué viniste?

Y me voy a callar hasta que sepas. 


28 de noviembre de 2022

Querido diario

 Querido diario: 

En la cultura de la imagen ¿Las personas escriben?

Hace muchos años yo escribía. Y dos amigas, a veces tres, a veces cuatro me decían cosas lindas. Y yo que nunca uso del todo mi nombre firmaba como Machu Picchu. 

Hace más años aún un amigo que era poeta, pero ahora es pianista me escribía una poesía disonante e incómoda que decía "Crecer es una porquería. Todo se mueve, María, todo se mueve". 

Hace mucho mucho tiempo jugábamos a escribir para nombrar el mundo. 

El origen de la humanidad radica en una palabra. 

Hoy lloré. 

Y esto empieza a sonar al dos mil once. Buen augurio. Ganó Cristina. 

Hoy lloré hasta ponerme roja. 

Y pasadas las 22 vino un servicio de mensajería a traer un paquete. 

Y mientras firmaba al pie de la página me di cuenta de que el cadete se había dado cuenta de que había estado llorando. Y fue por eso que durante los segundos que duró la transacción del paquete nos miramos en un silencio tenso, porque siempre es incómodo mirar a los ojos a alguien que llora.

En esa época en la que escribíamos mucho poníamos discos a girar, usábamos anteojos de sol muy anchos, pantalones Oxford y escuchábamos el recital de Woodstock completo en DVD y en disco compacto. 

Muchas personas escribieron sobre la tristeza, sobre las cosas que cambian, sobre lo que permanece. 

Algunas veces me gustaría mostrarles a las personas que quiero dónde están esas palabras que para mi ordenan el mundo. En qué libro, en qué poesía, en qué surco de qué disco. 

Hoy lloré como en el dos mil once. Ojalá gane Cristina. Y que ñuls salga campeón. 


Con amor, 

Niñita