"Blup". Es un canto enclenque. Meta Blup, meta blup, y nada de palabras claras.
Yo vine acá a escribirnos, y la verdad que de tanta cosa dicha, las palabras se apelotonan en el papel.
"Blup".
Hay algo placentero en el acto de decir "Blup", está la declaración del impedimento. Y no poder es motivo de queja. Y a la neurosis la queja le viene bárbaro.
No estoy triste, no te confundas psiquis querida, no estoy triste. Estoy explicándote nomás como son las cosas por estos pagos.
Atrás del hipotálamo tengo las ganas de comer uvas. Atrás de las uvas tengo la meninge, que es una cosa que suena a gripe, pero que no es gripe y es más bien otra cosa. Atrás de la meninge tengo la infancia, que te escribe ahorita mismo. Atrás de la infancia tengo la catarsis. Y atrás de la catarsis el prejuicio. Y el prejuicio, psiquis querida, es esa cosa marrón que ves ahí, bien grande y molesta riéndose de mí: de mí pobre mortal, de mí pobre pequeño burguesa, de mí pobre imbécil que la tengo recontra atada a mí, a la altura de la nuca.
Te haría un dibujo para ser más clara, pero las plastipinturitas que me regaló mamá quedaron en otra habitación, a cuarenta cuadras, o a trece años. Depende qué plastipinturitas quieras que use.
"Blup".
De cualquier modo esto del "Blup" no es del todo lícito, se lo robé a un tal Julio. ¿A vos te perturba mucho psiquis? ¿Ah si? Y porque no cerrás la boca, mejor portate bien porque no te llevo más a terapia.
Menos mal que vos andás calladita, el día que me respondas me muero de un infarto o me da el alta la psicóloga.
Hola psiquis, chau psiquis me escapo de este momento egocéntrico para ir a soñar con la humanidad toda. Con la humanidad toda, que en este acto de narcisismo, cabe en mi psiquis.
Hola humanidad, espero que andes bien.
Escuchame una cosa, humanidad, yo ando con ganas de escribirte y con ganas de quererte y que me quieras. Dale humanidad, seamos amigas, yo te consigo un corte de pelo a mitad de precio.
Entonces la humanidad dice "Posmoderno". Dice "Neoliberalismo". Dice "Consumismo". Dice y dice otras cosas que no deberían tener nada que ver con la humanidad, pero no hay tu tía que valga. Y al don, al don pirulero cada cual atiende su juego. Y así andamos. Unos más cabizbajos que otros.
¿Y vos de que te quejas? Pregunta mi psquis.
Y yo me voy a la cama sin postre. Que es como si cayera el telón.