9 de noviembre de 2010

Bienvenidos a un día triste

Soy lo que dejó la inundación.
Lo que gotea en tu ventana, toda gris.
Soy el resto de un chicle en un zapato.

Soy la última página de un diario.
El último relato popular.
El espacio que sobra entre los cuerpos en el subte.

La rebaba de las hojas de un cuaderno.
El borde de la pizza.
Lo que sobra.

Soy esta cara sin lugar,
sin fondo,
sin sombra.

Soy esta nada,
que quedó
cuando te fuiste.




3 comentarios:

  1. María: amése un poco más, que tiene razones de sobra para encariñarse con usted misma.

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  2. Sylha tiene mucha razón. Hay que quererse. Y ahora que somos orgánicas del movimiento, es probable que podamos querernos abrazándonos a nosotras mismas que es una forma de demostrarse el amor propio.

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