A veces comprendemos algo entre la noche y la noche. Nos vemos de pronto parados debajo de una torre tan fina como el signo del adiós y nos pesa sobre todo desconocer si lo que no sabemos es adónde ir o adónde regresar. Nos duele la forma más íntima del tiempo: el secreto de no amar lo que amamos.
Una oscura prisa, un contagio de ala nos alumbra una ausencia desmedidamente nuestra. Comprendemos entonces que hay sitios sin luz, ni oscuridad, ni meditaciones, espacios libres donde podríamos no estar ausentes.
Amiga, tengo ganas de regalarte esto:
ResponderEliminarPoemas de Unidad
20
A veces comprendemos algo
entre la noche y la noche.
Nos vemos de pronto parados debajo de una torre
tan fina como el signo del adiós
y nos pesa sobre todo desconocer si lo que no sabemos
es adónde ir o adónde regresar.
Nos duele la forma más íntima del tiempo:
el secreto de no amar lo que amamos.
Una oscura prisa,
un contagio de ala
nos alumbra una ausencia desmedidamente nuestra.
Comprendemos entonces
que hay sitios sin luz, ni oscuridad, ni meditaciones,
espacios libres
donde podríamos no estar ausentes.
Es Juarroz; y yo te quiero.