28 de diciembre de 2009

¿Dogmática yo?

Los días festivos que nos ha legado la tradición católica llegaron con el afortunado asueto laboral, producto de trabajar en un gran lugar.
Estos días sin trabajo han devenido en una gran cantidad de energía acumulada, sólo canalizada en el mate y la visita a una multinacional para pedir un presupuesto de mesadas.
Este panorama explica un inesperado insomnio que he decidido invertir escribiendo esto, que no es ni más ni menos que una explicación de que tengo insomnio.
Tras varios meses de trabajar bajo mucha presión, pero con una sonrisa que haría temblar a cualquier cara con bótox, estos días libres han venido a recordarme cuan maravilloso es tener tiempo libre y no preocuparse por la imprenta, los cardiólogos y la noble madre que los parió.
Este tiempo repartido entre reflexión, historietas y series yanquis trajo consigo al bichito de la duda e instaló en mi las ganas de mandar a todo el mundo a freir churros (o a la puta que los parió, si se me permite).
Las ganas de dormir le juegan una mala pasada a mi culpa pequeño burguesa, que ya no quiere realizarse en el trabajo, sino realizar el ritual de la siesta a la tardecita. Y este súbito deseo de escribir le empezó a serruchar el piso a mi sociólogo futuro.
Los festivos días siguientes, seguirán confundiendo mis planes y mis ganas. Pero pronostico calma para enero, momento en que dejaré de tener tiempo de más, y en el que mi culo-inquieta almita golpeará a mis más fervientemente burgueses deseos de ser una intelectual de sillón y pipa.

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