2 de noviembre de 2009

A dos minutos del deber se abren las palabras.
Mi lengua se extiende y el reloj le hace recular los versos que prepara.
El río canta en mis pies, para caminar al día. Hoy es largo, mañana también.
A un minuto del deber se abren las preguntas.
Algunas mañanas me levanto interrogante.

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