27 de abril de 2007

Había una cucaracha en el ascensor, casi no grité, de eso estoy segura.
Había ese género marrón de excesivas patas moviéndose compulsiva.
Había un espacio intransgredible entre ella y yo, una distancia caliente y pegoteada.
Algunas veces, casi todas, mirarme a mi es como ver a una cucaracha.

4 comentarios:

  1. La cucaracha con anteojitos de marco negro.

    A veces la sorprendo en la ducha entonando melodias de Ricardo Montaner.
    O usando mi cepillo de dientes como limpia-caparazon.

    Pero yo la aprecio a la cuca. Porque tengo esa bolita en el estomago que me avisa que en cuanto deje de nombrarla, todo mi cuerpo va a desarmarse para despues transformarse en una milanesa napolitana con papas noiset.


    La quiero.


    Raid.

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  2. tener.ese.insecto.en.la.rutina.
    decile.bicho.

    Cuando.seas.papa.noisette,cuando.
    seas.vos.creeme.que.te.vos.a.
    condimentar.para.que.seas.feliz.

    Cuando.dejes.de.nombrar.
    cuando.los.espejos.no.se.invadan.
    de.patas,convulsiones,y.siglos.
    de.existencia

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  3. Y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.

    Algo asi era.

    Raid.

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